Muchas generaciones se han entretenido con el futbolín, un juego muy emocionante, que te permite pasar buenos ratos con amigos y familiares. Cuidarlo y tratarlo con cariño son dos requisitos para que te dure muchos años. Vamos a ver cuál es el mantenimiento que debes darle para que siempre esté como nuevo. Descubre el origen del futbolín un juego apasionante.
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Mantenimiento del futbolín
No hay nada peor que esas barras que no giran o que emiten chirridos. Si las has engrasado anteriormente, límpialas bien con un producto desengrasante y una esponja; luego acláralas. Recuerda colocar un paño para que no haya salpicaduras en el tapete.
Si no lo has hecho, bastará lavarlas con agua y detergente corriente. Incluye en esta limpieza a los jugadores, las bolas, los laterales de la mesa, las porterías y las empuñaduras. Seca luego muy bien todas las piezas, antes de proceder a lubricar.
Lubricar los futbolines
Para conseguir que las barras se deslicen con facilidad, puedes usar productos a base de vaselina o de silicona. Recuerda de nuevo colocar el trapo debajo, pues vas a rociar el líquido para que penetre en los resquicios. La mejor manera es desplazar todas las barras hacia un lado y engrasar lo que queda fuera de la mesa para evitar manchas en el tapete. Repite luego el procedimiento en el otro lado.
Retira el producto sobrante con el mismo trapo, frotando las barras y moviéndolas para ver si giran bien. Si se trata de una mesa plegable, acuérdate de engrasar también las juntas de las patas y retirar el exceso.
Comprobar la estabilidad
Muchas horas de juego pueden aflojar las tuercas o desnivelar la mesa. Comprueba si las primeras están apretadas y, de no ser así, ajústalas con una llave inglesa. También puede suceder que las patas de la mesa estén mal niveladas. Coloca la bola en el centro, y si se desplaza, ya sabes cuál es la más corta. Usa una cuña para resolver este problema.
¿Y el tapete?
Esta parte puede mancharse o llenarse de polvo y residuos. Lo ideal es pasar la aspiradora con un cepillo flexible que pueda llegar a los rincones. Si hay manchas, prueba con agua y detergente para ropa. De persistir, aplica un líquido quitamanchas con un trapo. En cualquier caso, la mejor manera de evitar las manchas es no comer ni beber cerca de los futbolines, y, si cae algo, limpiar de inmediato, sin dejarlo secar.
Proteger el futbolín
Si quieres cuidar tu equipo, puedes cubrirlo con una funda especial cuando no lo estés usando. Sin embargo, una manta o una sábana pueden servir igualmente. Te recordamos que no es conveniente comer ni beber cerca: sigue siempre esta norma. Por último, recuerda revisarlo después de cada juego y limpiarlo como te hemos explicado al menos dos veces al año
Queremos hacerte una recomendación final. Si ves que en tu futbolín hay algún desperfecto serio, que no puedes reparar por estar muy deteriorado, o si ves que las barras están torcidas, contacta con la página de Manuel Gil, principal distribuidor de futbolines.