Los dardos son uno de los juegos más tradicionales y popularmente más extendidos en todo el mundo. Bares y pubs han reservado algunas de sus salas para este pasatiempo que se ha convertido en uno de los juegos de mesa por excelencia e incluso hay quienes lo han considerado ya como un deporte. De hecho, Inglaterra, Alemania, Holanda o Escocia lo tienen inscrito como un deporte oficial y, por lo tanto, entrenan a sus jugadores para tener y perfeccionar su puntería y, así, competir a altos niveles.
Entonces, ¿qué son los dardos? ¿Con qué se juega? En este artículo vamos a hablar del protagonista principal del juego y de las partes que lo componen. Si te interesa, sigue leyendo atentamente.
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El dardo y sus características
Cuando se habla del dardo se está refiriendo a un artilugio en forma de flecha pequeña que se utiliza para jugar, evidentemente, a los dardos. Dicho juego tiene como misión que el jugador, al lanzar el objeto, acierte en un plato circular y se acerque, lo más posible, al centro de una diana. Dicha diana, que se trata de un plato circular, se encuentra fijada en una pared a unos determinados metros de distancia en función de las reglas y categoría profesional a la que se está compitiendo.
En concreto, el objeto en sí, es decir, el dardo tiene múltiples variedades, pesos y estilos, pero a nivel general todos comparten unas mismas partes. Así, la elección de uno u otro dependerá del diseño y estilo que más favorezca al jugador a la hora de competir. Sin embargo, las partes básicas son: la punta, el barril, la caña y la pluma.
Sus partes
Empezando por el extremo, la punta es la pieza que se va a clavar en el tablero y, por lo tanto, que culmina el objeto. En función de la diana con la que se juegue, esta puede ser de plástico o de acero. Así, si son de plástico es probable que se doble con mayor facilidad y, por lo tanto, se recomienda llevar siempre piezas de recambio encima.
En segundo lugar, el barril, es la parte central y la que determina dónde estará el centro de gravedad del dardo. Es la parte más importante y es preciso escoger un dardo cuyo barril se centre en la facilidad del agarre y en el propio peso.
La caña es la parte que sirve para ajustar tanto la longitud como el peso total del dardo y, finalmente, la pluma, es la parte del ala del objeto que consigue que el dardo esté estabilizado cuando se encuentra en pleno vuelo. Es decir, el peso, la curva y la volatilidad del dardo vendrá determinado por esta parte. Por eso, se recomienda que a la hora de escoger y comprar el tipo de dardo para competir, se pruebe antes y que, si alguna de las partes, sobre todo la pluma, se dobla, dicho dardo se descarte, ya que podría afectar en la trayectoria e influir en el resultado final de la competición.